DULCES POR UNA BUENA CAUSA

Celia tiene 11 años y es la hija de mi amiga Irene. Ya desde el primer momento sentimos la una por la otra una conexión especial y una adoración mutua.
Celia es una niña muy especial, tan bonita por fuera como por dentro, con una sensibilidad que cautiva a todo aquel que la conoce. Y es que mientras que la mayoría de niñas de su edad intentan huir de la niñez y se pierden momentos únicos propios de su edad que ya nunca volverán a recuperar, ella se aferra con fuerza a lo que realmente le apasiona: le encanta leer y escribir relatos (de hecho este fin de semana ha ganado un primer premio de relato infantil), adora escuchar a Tchaikovsky mientras hace sus deberes o pinta alguno de sus preciosos cuadros y sueña con poder viajar a París y conocer el arte que encierra esta preciosa ciudad. 
Celia, al igual que yo, adora las grandes películas del cine clásico, en especial las de Audrey Hepburn... ¿Cómo no iba a quererla? Y es que a menudo su mamá me dice que su hija parece hija mía de lo mucho que nos parecemos en cuanto a gustos e inquietudes. 
En fin, que si algún día tengo una niña, me encantaría que se pareciese a mi Celia.

Por todo ésto, no podía negarme a ayudarla cuando hace ya un tiempo me llamó diciendo que en su cole iban a preparar un mercadillo de dulces para recaudar dinero para su viaje de fin de curso y necesitaba de mi ayuda. ¿Cómo podía negarme?
Así que se me ocurrió que podíamos preparar juntas unos cupcakes de vainilla con buttercream de chocolate y unos cake pops (que si no lo sabéis, son una especie de "chupa chups" hechos con bizcocho o galleta desmigados y buttercream).

¿Preparados para ver cómo fue el resultado final tras unas siete horas de intenso trabajo en la cocina? ¡Allá van esas fotos!

Pues aquí tenéis una fotito de cómo nos quedaron los cupcakes de vainilla con buttercream de chocolate suave (receta de Alma Obregón). Bonitos, ¿no? Si es que no podía buscarme mejor ayudante en la cocina...

Y aquí tenemos a Celia, a la que enseñé cómo hacer rosas con la manga pastelera y estaba encantada. ¡Lo hizo fenomenal!

Tenía muy claro que quería hacer unos cupcakes muy alegres y primaverales, que entrasen por los ojos y que la gente no pudiera dejar de mirar... ¡y de comprar! Aquí tenemos uno, decorado con una margarita de fondant.

Y aquí tenemos otro, decorado con una rosa roja de fondant.

Y por último, aunque no por ello menos importante, la mariposa azul con relieve (¿Qué tendré yo con estos bichitos que me gustan tanto?)

Y ahora llegó el RETO: los cake pops. Y es que, aunque os parezca mentira, no los había hecho nunca (y eso que me parecen una monada). 
He de confesar que durante un momento me invadió una sensación de temor que ya había experimentado antes (concretamente, cuando hice el roscón de Reyes y los macarons, por eso de las cosas que se escuchan y se leen por ahí...), pero como NO HAY NADA IMPOSIBLE PARA THE 3C QUEEN, me puse manos a la obra y...

                                                                  ¡RETO SUPERADO!

¿No me digáis que no son una auténtica monada? Y lo más importante...¡las bolitas aguantaron como unas campeonas en el palito! 

¿Sabéis qué fue lo mejor una vez que estuvieron todos hechos y así de bonitos todos juntitos? La carita de alucine total de Arturo, el hermanito de Celia, que va a hacer un añito el mes que viene y al que le encantan los chupa chups...¡Quería cogerlos todos! Jajajajajajajaja.

¡Por cierto! Esta semana cuelgo la receta de estos divertidos y deliciosos cake pops, para que os animéis a prepararlos en casa. ¡Son facilísimos!

Y ahora viene la mejor noticia: el mercadillo de dulces fue un éxito absoluto, en el que se recaudaron cerca de 500 euros. ¡Ole, ole y ole!
Además, Celia me ja dicho que los cake pops fue lo primero que se agotó (en 10 minutos habían volado) y los cupcakes no duraron mucho más...

Este post va dedicado a ti, Celia. ¡Gracias por tu sonrisa y por tus palabras bonitas siempre! Sin duda nos quedan muchas jornadas juntas mano a mano en la cocina.