miércoles, 27 de marzo de 2013

UNOS CUPCAKES...¡NO APTOS PARA COMER!

¡Hola chic@s!

¿Qué tal va la Semana Santa? Espero que, tanto los que tengáis la suerte de estar disfrutando en cualquier sitio donde lleguen los tan ansiados rayos de sol como los que no, al menos estéis descansando y disfrutando de aquello que más os gusta hacer cuando uno está de vacaciones. 


En mi caso, si os digo que donde más consigo evadirme del día a día es en mi cocina, seguramente no os estaré descubriendo nada nuevo, ¿verdad? Y es que efectivamente, entre torrijas, galletas de Pascua y macarons, llevo unos días de no parar quieta (¡ y yo encantada, no os vayáis a creer lo contrario!) Pero como no solo de dulce vive una, hoy quiero hablaros en este post de algo que me tiene enganchada desde hace tan solo unos meses y que después de un período de descanso por bloqueo momentáneo (ya os contaré luego...) por fin he vuelto a retomar con más ganas que nunca y con resultados más que exitosos.


¿Todavía no sabéis de qué se trata? Venga, ahí va una pista...




¡Pues sí! Me he enganchado sin remedio al mundo "tejeril", a pesar de que en la vida había cogido una aguja y siempre he tenido mucho respeto a todo este universo de la costura (a pesar de que mi abuela y bisabuela eran grandes tejedoras y unas prodigiosas de la aguja). Pero como últimamente no hay reto que se me resista a pesar de que por más que insista los días solo tienen 24 horas (y de ellas, hay que quitar alguna para poder dormir), un buen día decidí apuntarme a un curso de "Amigurumis"y ver si era capaz de hacer algo medianamente decente o, si por el contrario, debía colgar la lana y las agujas para siempre.

Debo deciros que, tal y como pensaba, resulté ser un completo desastre con la aguja, a pesar de que no pude tener una profe mejor (qué paciencia y cuánto cariño, Raquel...), pero aunque el pollito de ganchillo, que era el proyecto del curso, me costó sudor y lágrimas y bastante ayuda, los que me conocéis sabéis lo cabezota que soy y que, tarde lo que tarde, siempre consigo aquello que me propongo. Así que dediqué meses y meses a empaparme de los miles de vídeo tutoriales que circulan por Youtube y empollándome cada patrón que caía en mis manos, así como haciendo y deshaciendo todo tipo de puntos, hasta que al fin...




¡Llegó la primera crisis! Me bloqueé, hice y deshice puntos una y otra vez y por más que lo intenté no había manera de hacer la maldita "cápsula" del cupcake, que es lo que me propuse hacer (¿Por qué elegiría un cupcake? jajajajajajajaja). Así que el día que lancé la aguja, poniendo ojos de auténtica psicópata , tomé la decisión de guardar mis labores ganchilleras por una temporadita, para "desintoxicarme" y cogerlo más adelante con energías renovadas.

Y así pasaron los meses, hasta que el otro día, aprovechando que estoy de vacaciones y, por lo tanto, libre de estrés y preocupaciones del cole, se me ocurrió que ya iba siendo hora de volver a retomar el ganchillo. Y así fue como en un par de tardes, como por arte de magia, conseguí lo que no fui capaz de hacer en semanas...



No uno, sino... ¡dos preciosos cupcakes! ¿No os parecen una monada? Yo es que todavía no me creo que haya sido capaz de hacerlos, de verdad...


Y aquí tenéis la famosa "cápsula" de los cupcakes, que tanta lata me dio meses atrás y que tan poco me costó esta última vez.


Tan solo faltan los copetes de crema y las cerezas...



                                                                        ¡Y LISTAS!


Y ahora llega el momento de dar las gracias a todas las personas maravillosas que conocí en ese curso que consiguió despertar en mí el gusanillo por el ganchillo:


A mis chicas de LECHUGUINA VINTAGE (la tienda de moda y complementos vintage más molona que hay en todo Madrid, y que es donde se impartió el curso) Os recuerdo: C/ Lechuga, 3 (al ladito de la Plaza Mayor)


A Lauren, que ha trabajado conmigo en el cole durante dos años y que es algo más que una compañera: una buena amiga (I miss you!!!!!!!!)


A María Nieto e Idaira Fernández, que son dos chicas maravillosas y llenas de talento (María es una experta "ganchillera" y la fan número 1 de mi NY cheesecake, e Idaira es una cantante excepcional, llena de arte y sensibilidad (os animo a que vayáis a verla al espectáculo BURLESQUE, en el teatro Arenal de Madrid (¡ Yo tengo pendiente ir!)


Y por supuesto...¡A mi Raquel!La profe más paciente, dulce y genial que una novata como yo podía tener. ¡Gracias por todo, bonita! Por cierto, os invito a que conozcáis su blog, en el que explica paso a paso un montón de proyectos súper chulos, así como su canal en Youtube (Ganchillofilia).




                                                                ¡HASTA PRONTO!


No hay comentarios:

Publicar un comentario