domingo, 6 de abril de 2014

TARTA "MY LITTLE PONY" PARA SARA

Recuerdo cuando me regalaron mi primer "pequeño Pony".
Tendría unos 7 añitos y me lo trajo el ratoncito Pérez. ¡Qué contenta que me puse! Era moradito, con una larga y suave melena de color rosa y tenía un cepillito precioso para que pudieras peinarle. Y así nos pasábamos las horas muertas en los recreos y en casi cualquier lado: cepillando y haciendo trencitas a nuestro "pequeño Pony".

Hoy, unos 27 años después, "mi pequeño Pony" ha vuelto a reencontrarse conmigo en forma de tarta. Y es que cuando mi amiga Irene me dijo hace unos días que quería que le hiciese la tarta a su hija Sara por su noveno cumpleaños y que ésta tendría como protagonista a "mi pequeño Pony" no podía creérmelo (si me llegan a decir cuando era una niña que unos cuantos años después iba a hacer feliz a otra niña como yo con una tarta de "mi pequeño Pony" nunca me lo hubiera creído...)

¿Queréis ver cómo quedó la tarta? ¡Pues allá vamos!

 ¿Qué os parece? A mí me parece que quedó realmente bonita y lo más importante: a la "cumpleañera" le encantó.


 Irene, la mamá de Sara, me mandó una foto de otra tarta que encontró por Internet, pero yo nunca hago una tarta igual a otra que me encuentro, así que hice mi propia versión de la misma.
Decidí que la superficie de la tarta sería de un color azul cielo y precisamente eso fue lo que quise recrear: un bonito cielo azul del que saliese una cascada del mismo color que llegase a un florido campo de flores, que es la base de la tarta, donde también incluí el nombre de Sara, su edad y unas mariposas, todo ello hecho con fondant.
Sobre la superficie de la tarta, incluí también unas estrellitas de fondant y, como no, al protagonista indiscutible de la misma: un pequeño pony de color malva y rosa (en honor al que tuve cuando era pequeña), flotando en una nube.
Y como un elemento fundamental en todo lo relacionado con "mi pequeño Pony" es el arco iris, se me ocurrió incorporarlo en la misma tarta, rodeándola con tiras de diferentes colores.



En cuanto al sabor de la tarta, decidí hacer dos bizcochos de diferentes sabores: uno de vainilla y otro de chocolate. Ambos irían bien mojados en almíbar de azúcar y el relleno y la cobertura sería una deliciosa buttercream de Nocilla, que es la que me pidió Irene.
Sé que está mal decirlo, pero la tarta estaba de muerte  (dicho por todos los que la probaron) y no dejaron ni las migas, jajajajajaja.

Y aquí tenéis el antes y el después. Menuda diferencia, ¿no?


Y ahora unas fotitos de la "cumpleañera", que no puede ser más guapa y que se llevó una súper sorpresa al vernos a todos allí, organizándole una fiesta sorpresa. ¡Felicidades Sara!





Una vez más, ha sido un placer poder formar parte de un día tan especial en la vida de una niña.
¡Gracias por confiar en THE 3C QUEEN  y por hacerme recordar momentos tan bonitos de mi propia infancia!

 

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